Tensión y Frecuencia: Variaciones

Se debe estar atento a las características de cada equipo, para no sufrir pérdidas.

Se debe tener mucha atención en relación a la tensión eléctrica (llamada también de voltaje) y a la frecuencia para las cuales cada equipo eléctrico es proyectado para funcionar: 

• 110V, 115V, 115-127V o 220V en el caso de la tensión;

• 50 Hz o 60 Hz en el caso de la frecuencia. 

Nunca es demasiado recordar que los países adoptan estándares diferentes y algunas veces hay variaciones en ese estándar dentro de un mismo país. Por ello, se debe verificar la adecuación del aparato a las características del local donde se lo utilizará. 

Esa verificación es aún más esencial en regiones fronterizas – como entre Brasil y Uruguay o Paraguay –, pues países vecinos algunas veces adoptan estándares diferentes.

Una curiosidad referente a tal variación existente entre países fronterizos es la generación de energía en dos diferentes frecuencias que ocurre en la usina de Itaipú. Como esa usina tiene a Brasil y Paraguay como socios, se definió que la mitad de la energía generada allí sería en 60 Hz (estándar usado en Brasil), mientras la otra mitad sería en 50 Hz (frecuencia del Paraguay). 

Pero como el Paraguay no utiliza toda la energía a que tiene derecho, una parte se vende al Brasil. Así, la energía generada en 50 Hz debe ser convertida en una estación para 60 Hz, de manera que pueda ser trasmitida y distribuida a los consumidores brasileños.

Variaciones en el suministro

En el caso de la tensión, además de la preocupación con el nivel para el cual se proyectó el equipo, hace falta quedarse atento a las variaciones que ocurren en el suministro por las empresas de energía eléctrica. En casi todos los países de América Latina, la tensión varía en horas pico de consumo. Lo mismo puede ocurrir en regiones que están al final de las redes de distribución. 

Como regla general, los refrigeradores suportan bien las fluctuaciones en la red eléctrica. Los compresores Embraco son proyectados para trabajar con una variación de hasta el 10% para arriba o abajo en relación a la tensión nominal (en el caso de un compresor para 220V, eso significa poder trabajar con voltajes entre 198V y 242V).

Sin embargo, cuando las oscilaciones de tensión son mayores, pueden ocurrir problemas graves en los equipos, de la misma forma que si son conectados en 220V habiendo sido proyectados para 127V.  

• Tensiones arriba del límite establecido para un determinado aparato provocan sobrecarga, dañándolo y llevando muchas veces a su quema. En el caso de compresores sometidos a esas condiciones, es normal que el protector térmico actúe. Caso contrario, el compresor quemará.

• Ya en los casos en que se conecta el equipo en una tensión abajo de sus especificaciones, la quema es menos frecuente, pero otros tipos de problemas pueden ocurrir. El compresor puede simplemente no funcionar, forzando demás el motor y llevando a daños en partes.

La recomendación de Embraco, en los casos de suministro de tensión nominal abajo o arriba del límite especificado para el compresor, es utilizar un estabilizador de tensión para evitar ese tipo de problemas.

Otra recomendación, que debería ser obvia pero a veces es olvidada, es quedarse atento a la tensión especificada para el compresor. O sea, usar compresores 115-127V o 220V de acuerdo con la tensión utilizada en el local. 

Frecuencia: no todo es igual

Hace falta también estar atento a la frecuencia para la cual se proyectó el compresor. La diferencia entre 50Hz y 60Hz parece pequeña, pero el uso de un modelo inapropiado puede causar problemas graves. 

En los motores utilizados por los compresores de Embraco, si la frecuencia cambia, se altera la velocidad en que el compresor gira. Un cálculo simple demuestra que la frecuencia de 60 Hz es 20% mayor que 50 Hz. Eso significa que, si un compresor de 50 Hz gira a 3.000 rpm, un modelo de 60 Hz aplicado en el mismo sistema girará a 3.600 rpm. O sea, exigirá una capacidad  mayor, que el compresor no tiene condiciones de suministrar. 

Un ejemplo que muestra claramente esta diferencia es un sistema de refrigeración que en 60 Hz utiliza 1¼ HP y necesitará, en 50 Hz, de un compresor de 1½ HP. 

El principal motivo para no usar un modelo con la frecuencia inapropiada es la posibilidad de quema del compresor, que ocurrirá si el protector térmico no actúa. Por otro lado, si el protector térmico actúa en exceso, el compresor perderá capacidad.

Seguridad preservada

Además de ello, existe la cuestión de la seguridad, pues aumentan las posibilidades de que el técnico y/o usuario sufran choques eléctricos. 

En relación a ese tema, es importante recordar aquí algunas recomendaciones de Embraco para que el trabajo con compresores ocurra con total seguridad. 

Allí, se recomienda que, antes de conectar un compresor, el técnico debe certificarse de que se cumplan las siguientes condiciones: 

• La tensión en la etiqueta del compresor debe estar adecuada a la red eléctrica;

• En instalaciones monofásicas, se debe proteger el cable Fase con un interruptor y conectarlo al protector térmico; el cable Neutro debe estar conectado al dispositivo de arranque (relé o PTC); y el sistema debe estar aterrado; 

• En instalaciones bifásicas, se debe utilizar un interruptor bipolar, que protegerá las dos fases de alimentación en caso de cortocircuito; y el sistema debe estar aterrado. 

El manual de seguridad preparado por Embraco también destaca que la aplicación de un compresor en la tensión incorrecta puede generar cortocircuito en la región del terminal hermético. 

Eso puede causar la expulsión de los pasadores herméticos y provocar fuga del fluido refrigerante. Cuando se utilizan fluidos refrigerantes inflamables (como R600a y R290), esa esa situación puede generar llama, con los riesgos asociados a ello. 

El mismo riesgo de cortocircuito en la región del terminal hermético, con las mismas consecuencias, ocurre en el caso de no utilización del interruptor bipolar.

 

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